Cuando las organizaciones deciden trabajar con un enfoque por procesos se experimentan confusiones a nivel de la estructura organizacional, toda vez que quienes tienen a cargo la responsabilidad sobre un grupo de personas, están asignados a un área dentro del ya conocido sistema de departamentalización. Existe entonces la tendencia natural a demarcar territorios que se vuelven propiedad privada del jefe de la sección o departamento. Al aplicar el enfoque por procesos, éste tiene la característica de que “atraviesa” uno o más departamentos y por lo tanto se requiere de un líder que ayude a coordinar las tareas en esas diferentes áreas y se cree entonces que dichas áreas entran a depender jerárquicamente de ese líder designado que bien puede ser uno de los jefes de las áreas que el proceso involucra. También se cae en el error de que para evitar este tipo de confusiones, muchas organizaciones designan los procesos con el mismo nombre del área y se desvanece entonces el concepto mismo de proceso para evitar este tipo de conflictos.
sábado, 18 de abril de 2009
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